¿Sabes que el 70% de las personas que cambian de empleo lo hacen por tener una mala relación con su jefe/a? Algo habitual es que 6 de cada 10 empleados/as no confían con sus jefes/as. Algo inaudito es que el 5% de los jefes/as son sociópatas no diagnosticados y que el 40% de los jefes/as en general son más bien tóxicos.

Con este panorama si encontrar un empleo ya es complicado, no digamos lo complejo que va a resultar no “enjefecer”con el paso del tiempo, si quien te lidera delira. ¿Sabes que un mal jefe/a puede afectar a tu salud física y emocional? ¿Qué tal si juntos exploramos este lado oscuro del liderazgo y te proponemos algunos buenos antioxidantes para “enjefecer” sin abulia, acedia y con agerasia?

¿Vamos allá? Primero vamos a describir algunos“Darth Vader”con los que tendremos que tratar, tarde o temprano, para luego aprender a aplicar la “fórmula mágica”del mejor antioxidante del mercado en las relaciones humanas. ¿Empezamos?

  • El jefe/a Gilito.

Le obsesiona la riqueza. Acumular bienes son sus pasatiempos preferidos. El fin siempre va a justificar sus medios. O produces o desapareces. Todo el mundo es prescindible salvo el dinero.

  • El jefe/a Ahap.

Sus motores son la envidia y la venganza. Capaz de arrastrar a todo el Equipo a peligros gratuitos por su actitud desmesurada a la hora de entender que hay que ganar a toda costa pese a quien pese y pase lo que pase.

  • El jefe/a Pinocho.

Mentiroso compulsivo y patológico incapaz de conseguir cosas si no es mediante engaños y tretas. Su capacidad de embaucar es infinita.

  • El jefe/a Espía.

Su trabajo consiste en permanecer siempre alerta para buscar errores. Si no los encuentra los provoca para fortalecer la atención del Equipo.

  • El jefe/a Veleta.

Impredecible. Indeciso. Capaz de decir hoy una cosa y mañana lo contrario. Se justifica argumentando que en un mercado cambiante la flexibilidad es un valor añadido.

  • El jefe/a Conspiranoico.

Ve siempre fantasmas allá donde solo hay sombras. Cualquier medida de seguridad es poca con tanto ciber-delincuente suelto. Opaco y reservado no permite que nada se sepa, no vaya a ser que grupos de presión en la sombra le intenten boicotear.

  • El jefe/a Avestruz.

Es de la opinión que ante problemas y conflictos no hay que hacer nada relevante. Basta con esconderse y desaparecer. Con el tiempo todo se arreglará y volverá a su cauce, del mismo modo que el agua de los ríos siempre acaba llegando al mar por muy lejos que se encuentre su nacimiento.

  • El jefe/a Simpson.

Cretino hasta aburrir. Incapaz de ver sus incapacidades para luego refugiarse en simplezas llenas de absurdos que no hacen ninguna gracia.

  • El jefe/a Gruñón.

Siempre enfadado/a. No se permite disfrutar de la vida pues ésta siempre le debe algo y nunca se ponen al día. Infeliz por sistema para disponer siempre de alguna excusa para no reconocer el trabajo de los demás.

  • El jefe/a Mago.

Tiende a desaparecer delante de tus ojos y cuando le buscas no lo encuentras para luego aparecer cuando no lo necesitas.

  • El jefe/a Adicto.

Su vida es su trabajo y su trabajo es su vida. No hay otra cosa más importante que trabajar a toda hora. Se muestra irrespetuoso con los que necesitan descansar, conciliar y tomarse vacaciones.

  • El jefe/a Colega.

No le gusta que le vean como jefe/a y por eso siempre intentará agradar a todo el mundo aunque eso suponga una gran fuente de conflictos a largo plazo.

  • El jefe/a Caperucita.

Incapaz de ver los peligros que se ciernen sobre la empresa sigue con paso ligero hasta el final de su ingenuidad sin percatarse del riesgo que está corriendo.

  • El jefe/a Hormigón.

Duro. De ideas toscas sin alicatar. De planteamientos rígidos con mucha densidad. Impertérrito a las novedades, vacio de sentimientos y lleno de reglas carpetovetónicas.

  • El jefe/a Malabares.

Quiere estar en todo. Quiere supervisarlo todo. Quiere saberlo todo. Quiere tiempo para todo y como eso no va a ser posible por su propia naturaleza, de querer abarcarlo todo, acaba estresándose por todo.

  • El jefe/a Madriguera.

Se parapeta tras su despacho por motivos que solo conoce él/ella. No puede ser molestado bajo ninguna circunstancia. Es más fácil una audiencia con el Papa que sentarse en su despacho.

  • El jefe/a Top Model.

No camina, levita. No conduce, pilota. No se viste, se exhibe. No viaja, es ciudadano/a del mundo. No busca, encuentra. No come, vive experiencias culinarias. No es inclusivo, es exclusivo. No hay caminos para ellos/as solo pasarelas.

  • El jefe/a Máster del Universo.

Lo sabe todo. Lo conoce todo. Lo crea todo. Es magnánimo y benevolente con sus súbditos porque tiene el don de la humildad que pregona en todos sus memorándums.

  • El jefe/a Paramount Comedy.

Tiene la gracia de un podenco en el hipódromo de Ascot. No necesita pamela pues siempre es el centro de atención por contrato. Se cree ingenioso/a porque le ríen sus ocurrencias.

  • El jefe/a TED-x Program.

Aprovecha cualquier momento para darte un seminario sobre los valores de la Empresa, de la cultura del esfuerzo y el compromiso, del futuro brillante que te espera en la compañía y de cómo él/ella empezó sin nada pero con un gran sueño para luego mantenerte en precario como becario.

  • El jefe/a Feudal.

Auspiciador de unos pocos elegidos para que los demás tomen ejemplo. Héroe benefactor para sus acólitos preferidos. Evangeliza bajo pena de decapitación o destierro.

  • El jefe/a hippie.

Todo es paz y amor. Todas las mañanas hay que arrancar el día con mantras e incienso. La decodificación cuántica se usa para crear perfiles, la energía siempre es tántrica y el idioma oficial en la Empresa es el sánscrito mientras toda la organización medite conscientemente sobre cómo crear plusvalías en el IBEX-35.

  • El jefe/a Espantapájaros.

Todo el mundo sabe quién es. Ahí está pero todo el mundo se aprovecha  de él/ella. Es tan bueno que parece tonto/a. Acepta todas las excusas y se lo cree todo. Excesivamente paternalista confunde el mundo del trabajo con un hospicio para huérfanos.

  • El jefe/a Tortuga.

Para tomar decisiones se lo piensa una y mil veces. Para hacer las cosas necesita mucho tiempo y espacio. Lo analiza todo hasta la extenuación. Lo paraliza todo hasta que no se llegue a la perfecta perfección.

  • El jefe/a Fórmula – 1.

Tiene dos velocidades: rápida y muy rápida. Capaz de acelerar de 0 a 100 ideas en 0.0025 segundos. Seguirle es difícil pues son tantos los frentes abiertos que acaba siendo complejo cerrar algo. Como diamante en bruto se tratara busca tallarse sobre la marcha pensando que su valor en quilates hará todo el trabajo.

  • El jefe/a Peter Pan.

No asume sus responsabilidades como jefe/a. Mientras se dedica a “buscar a Wally”el resto de personal hace más por su empresa que el/ella hasta que dejan de hacerlo, pues se cansan de hacer de padres cuando deberían hacer de empleados.

  • El jefe/a Hulk.

Se enfada con mucha facilidad y muy a menudo. Confunde hablar claro con hablar alto. Se desmesura, pierde el control y con sus razones aplasta cualquier argumento que le venga con agresividad verbal. Siempre está soltando “broncas” a diestro y siniestro.

¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos con todos estos roles?

Aplicaremos la “fórmula A.C.E”.

Si las principales vitaminas anti-oxidantes son las vitaminas A, C y E, usaremos este símil para aplicarlas a todos estos perfiles. Se trata del acrónico de ActuarConElegancia”.

ParaActuar debemos de saber que no es lo mismo llegar pronto que llegar a hora. No se puede no hacer nada. Eso solo perpetuará la conducta del jefe/a. Tenemos una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que tú conoces a tu jefe/a. El inconveniente es que él/ella te conoce a ti. No confundas ser sincero/a con practicarte el” harakiri del sincericidio”.

El  Con significa que no es lo mismo trabajar “para”que trabajar “con”. Tu actitud es fundamental para no confundir una cosa con otra. No trabajas solo/a. Seguramente no serás el único en tener que sobrevivir en tierras hostiles. Evita hacer reuniones alrededor de las máquinas de café solo para “despotricar”. Recuerda que hay toda oposición debe plantear una proposición. Quizás descubras que aunque todo el mundo se lamente no todo el mundo esté dispuesto a hacer algo.

La E-legancia implica saber estar y hablar. La diplomacia, esa gran desconocida, debe ser tu piedra de toque para abordar los temas más delicados. La elegancia y la inteligencia van de la mano y practicar el “Smart Working” te ayudará a ir a “consultas” con más eficacia y seguridad.

Si es imposible reconducir las situaciones debes planificar tu salida con Elegancia. Sin acritud y sin rencores. Todos tenemos derecho a cambiar aunque no todos lo deciden en el mismo momento. Todo es un aprendizaje por lo que llegado a este punto la pregunta evolutiva y existencial es: ¿Para qué me está pasando todo esto?

¿Entonces estamos condenados  al “Tártaro” de la mitología griega?. ¿A caso la entrada a los “Campos Elíseos” tiene números clausus? ¡Por supuesto que NO! Pero eso lo veremos en otro momento.