¿Qué necesita una bicicleta para moverse?. Respuesta: las bicicletas no pueden moverse si no hay algo o alguien que las haga mover. ¿Qué necesitamos para movernos con una bicicleta?. Respuesta: pedalear sin perder el equilibrio. ¿Para que una bicicleta funcione cual es su fuente de alimentación?. Respuesta: Energía mecánica, cinética y potencial. Dicho de otro modo… ¡cuando mueves las piernas y el culo sobre un sillín puedes recorrer caminos sin fin!
¿Cómo funciona el Wifi?. Es una conexión inalámbrica a través de la cual podemos tener acceso a redes de información siempre y cuando tengamos un punto de entrada. ¿A caso nosotros, las personas humanas, no somos un router con patas a través del cual podemos “conectar” mediante ondas electromagnéticas y radiación térmica con otras personas humanas creando una red de contactos?
Para que eso suceda será necesario facilitar o acceder a una clave que nos dé entrada. ¿Dónde está el punto de entrada?, ¿Cuál es el password o contraseña de acceso? Respuesta: todo lo podrás encontrar en tu O-M-B-L-I-G-O.
¿Por qué el ombligo?. Todos los seres humanos comparten una misma cicatriz aunque su apariencia siempre es diferente de una persona a otra. Fue puerta de acceso a alimentos, sangre y oxígeno a través del cordón umbilical cuando todavía éramos un proyecto embrionario.
Cuando ya estamos desarrollados, cosa que no ocurre nunca salvo para los “iluminados de pacotilla”, es una fuente de entrada de experiencias físicas y emocionales a través de las cuales nuestra “energía vital” puede fluir en distintos estados de onda con otras personas.
En el ombligo es donde se digiere todo. Es desde donde podemos ser capaces de romper y crear nuevos hábitos. Es el centro neural de las conexiones auténticas. Es el centro del pensamiento transpersonal.
Nuestra misión como líderes de organizaciones es ser capaces de establecer “conexiones amables” con otros ombligos y dejar fluir la energía creativa que todo ser humano lleva dentro de sí.
Ser experto está anclado en el mundo del saber. Podemos decir que se trata de una condición necesaria pero no suficiente. Liderar es gestionar y movilizar las energías para convertirlas en realidades, es decir, relacionarte con otros ombligos para hacer que sucedan cosas.
El arte de “conectar” con otros ombligos va más allá de la mera persuasión. Lo que buscamos es inspiración. Para ello deberás practicar 7 virtudes: fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Las palancas que mueven esas virtudes son la humanidad, humildad, honestidad y el humor.
Los ombligos necesitan sentido de pertenencia, contribución, generosidad, aliento y seguridad. Necesitan algo más que una suma de buenas intenciones recogidas en un código deontológico empresarial.
Los ombligos se mueven por convicciones, propósitos, causas y consensos que provoquen visiones, compromisos y transcendencia. Es la energía vital que alimenta sus sueños. Es la ruta más noble para llegar a sus corazones.
Los ombligos son los que ponen cara a las organizaciones con sus aportaciones. Un ombligo entusiasmado descubrirá la forma que tiene su voluntad para divertirse mientras esté en el proceso de alcanzar sus propósitos.
¿Has oído hablar de la personalidad magnética? Muchos dirigentes políticos y empresariales le piden todas las navidades a Santa Claus más carisma. Desgraciadamente para ellos el carisma no se puede comprar. ¿Entonces qué podemos hacer?
Simplemente hay que aprender otro idioma. Olvidar el “egoñol” y sustituirlo por el “corazoñol”. Ahora la pregunta obligada es: ¿cómo se aprende el corazoñol?
Su gramática está compuesta por tres elementos: amor, comprensión y paz en este orden. Sin amor difícilmente hay comprensión y sin comprensión la paz está alterada. Su semántica se define con una sola palabra: A-Y-U-D-A-T-E-M-E. El silencio es desde donde nacen sus mejores fonemas y su alfabeto está plagado de palabras que emocionan.
Liderar ombligos consiste en estar dispuesto a ese “algo más” que marcará la diferencia en las relaciones para hacer algo mejor, algo diferente y algo nuevo dejando de ser guía para convertirte en mapa.
Tú no puedes nombrarte Embajador de ombligos. Tienes que esperar que otros lo hagan por ti. Todos somos lo que somos por lo que hemos recibido de los demás y a la vez somos el fruto de las oportunidades que otros nos han ofrecido. Mientras tanto puedes empezar por reconciliarte con tu propio ombligo. Pregúntale. ¡Te sorprenderá!