¿Conoces el efecto dominó de la amabilidad, simpatía y bondad?.
Cuando eres cortés y respetuoso con las personas, cuando sonríes a la gente y escuchas con atención lo que quieren decirte, estás emitiendo una energía positiva y contagiosa que provocará en esas personas un impacto que podrán repercutir en otras de su entorno y así sucesivamente.
Piensa también que tu energía es finita así que por una parte tendrás que aprender a dosificarla y repartirla y por otra tendrás que aprender a adquirirla de manera permanente y sostenible. Pierdes energía cuando tu temperatura emocional baja y ganas energía cuando sube. En otras palabras, pierdes cuando no te sientes querido/a y ganas cuando te sientes amada/o.
Un estudio se dedicó a medir el efecto que tiene el estado de ánimo de los empleados sobre las ventas y concluyó que los ingresos crecen un 2% por cada 1% de mejora en el ámbito laboral.
En el mundo del trabajo todos necesitamos sentirnos reconocidos profesionalmente, sentir que se puede confiar en nosotros y que somos de confianza dentro de un contexto de seguridad y hospitalidad. Un Equipo afectivamente sano es efectivamente bueno.
Cuidar la salud emocional de las personas en el trabajo es de vital importancia. Una Organización es un ser vivo multi-orgánico y multi-disciplinar que vive, piensa, respira y siente como un todo más allá de sus partes y a través de sus partes.
Tengo una buena y una mala noticia para ti. La buena es que lo bueno acaba duplicándose con el tiempo. La mala es que lo malo se triplica en el acto y casi sin esfuerzo. ¿Qué quiero decirte con ello? Que debes prestar atención al tipo de afectividad que existe en tu Organización tanto formal como informalmente. ¿Qué es lo que predomina; la inspiración el orgullo y la ilusión o la irritabilidad, la preocupación y la vergüenza?
Las principales causas de las desconfianzas son las mentiras, las deslealtades y las decepciones. En cambio lo que genera confianzas son la honestidad, el compromiso y la lealtad. Un ambiente tóxico solo aporta inseguridad, indecisión, absentismo, ausentismo, pasotismo, retrasos, discusiones, quejas y bajas laborales por enfermedad. ¿Te lo puedes permitir?, ¿Merece la pena?
Es curioso pero vivimos en la era de las paradojas: cuanta más información tenemos más desinformados estamos. Cuantos más recursos tenemos más pobres nos sentimos. Cuánta más educación recibimos más maleducados nos convertimos. Cuanto más bienestar tenemos más malestar sentimos. Cuantos más amigos electrónicos tenemos más nos aislamos.
Las personas quieren y deben sentirse útiles allá donde estén. Eso aumenta su sentido de por qué y para qué hacen determinadas cosas aportando dosis de felicidad por el camino porque los días que te sientes feliz eres más sabio/a.
¿La realidad percibida se ajusta a la expectativa prometida? ¿Cuáles son las expectativas que provocamos? ¿Qué expectativas tenemos sobre lo que hacemos? ¿Cómo gestionamos las expectativas de los demás?
El peligro verdadero no es que los ordenadores acaben pensando como las personas sino que las personas acaben pensando como los ordenadores. ¿Qué ganamos dejando de ser más humanos? Sí. Sabemos que no somos perfectos pero podemos seguir siendo auténticos.
Necesitamos un buen “ambientador de empresa”que elimine los olores tóxicos y que aporte frescura que impregne y convierta a una organización en un “empresa mentora”donde el tutelaje sea su principal equipaje.
No siempre todo te va a gustar. No siempre gustarás a todos. No siempre todo te saldrá mal. No siempre todo te saldrá bien. No siempre ganarás o siempre perderás y es por eso que lo que siempre necesitarás será A-M-O-R.
Picha aquí y verás… https://youtu.be/_OuYLGHkrBk