¿Cómo se forjan los Equipos?, ¿Cómo un Equipo es capaz de mantenerse en el espacio/tiempo sin desgastarse?, ¿Qué hace que un Equipo sea capaz de inspirar a otros Equipos?, ¿Porqué los miembros de un Equipo son una familia y no toda familia es capaz de ser un Equipo?, ¿Cuándo podemos asegurar que estamos asistiendo al nacimiento de un Equipo?, ¿Cuándo un Equipo pasa a la historia?.
Para responder a estas preguntas tenemos que retroceder al siglo V en occidente y al siglo X en oriente para luego cerrar el círculo en el siglo XX. Vamos a partir de la siguiente premisa: la civilización es el resultado de siglos de evolución relacionándonos todos juntos en un mismo lugar donde vivimos y trabajamos. Ese lugar es el “planeta azul”, nuestro mundo. ¿Por qué será que se están buscando otros planetas en otros sistemas solares y galaxias donde podamos “reiniciarnos” de nuevo como sociedad?
Nuestro destino es aprender a vivir y convivir juntos, en paz y armonía pero ¿por qué no acabamos de conseguirlo?, ¿Qué está fallando en este Equipo Global Mundialde más de 7 700 millones de personas?
¡¡Reflexiona!! Vives en régimen de alquiler porque seas quien sea, hagas lo que hagas y tengas lo que tengas… estás aquí de paso. De paso en un planeta que tienes prestado, de paso en un cuerpo que tienes prestado y de paso en un tiempo que te han ingresado en tu cuenta corriente solo por el hecho de haber nacido. ¿Qué piensas hacer con lo que todavía te queda?
La decadencia que estamos viviendo a todos los niveles; sociales, culturales, ecológicos, económicos… tienen como origen la pérdida sistemática de v-a-l-o-r-e-sy su retorcida, capciosa y ligera interpretación sesgada por intereses políticos y económicos que intentan por todos los medios alienarnos a sus intereses partidistas.
¿Cómo podemos recuperar de nuevo el rumbo?. Sencillo. Volviendo a los orígenes. Retrocediendo a tiempos donde el sentido de la vida y el sentido del trabajo eran interpretados como una bendición. Un regalo. Un don que desarrollar y compartir. Esto no podía haber sucedido sin un “código de comportamiento”.
¡Vamos a empezar!. En el Siglo V, en la época del Rey Arturo, se creó la institución de los caballeros de la mesa redonda. ¿Por qué redonda y no cuadrada o piramidal?, ¿Quizás para que todo el mundo estuviera a la misma distancia del centro de la mesa, todos pudieran verse por igual y que pudieran estar rodeados de los mejores y sentirse siempre arropados?. ¡Quién sabe!
Ser c-a-b-a-l-l-e-r-o en esa época no se ganaba por oposición sino por disposición. Para el Rey Arturo sus caballeros debían de cumplir unos requisitos indispensables: honor, honestidad, lealtad y valor. Esos eran nucleares, pero había otros más no menos importantes como la fe, caridad, justicia, sagacidad, prudencia, templanza, resolución, verdad, liberalidad, diligencia y esperanza. ¿Te has preguntado qué ha pasado con estos principios y cómo son interpretados con el paso del tiempo?.
Pongamos un ejemplo más contemporáneo. El 1 de agosto de 1914 un intrépido aventurero llamado Shackleton partió de Inglaterra con el objetivo de ser la primera persona en cruzar a pie la Antártida; 3000 kilómetros. Para tal empresa hizo una selección de personal a la que se presentaron cerca de 5 000 personas que respondieron al siguiente anuncio:
“Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”
¿Tú hubieras ido?. ¡Piénsalo bien!. Otra pregunta. ¿Qué hizo que tantas personas se movilizaran? La respuesta estaba en la parte donde decía que en caso de éxito el honor y el reconocimiento serían su mejor aliento. ¿Dónde están esos valores y que significado tienen ahora? ¿Ves lo que quiero decirte?
Ahora nos vamos al siglo XII. En Europa aparece el concepto “habitus noble” que posteriormente volveremos a él, en el siglo XX, a través del sociólogo francés Pierre Bourdieu. Se trata de un conjunto de “prácticas” de conducta caballeresca que se regían bajo los principios de la lealtad, la paciencia, la robustez, la generosidad, la benevolencia y el honor. ¡Nada más ni nada menos! Llámame romántico pero… ¿no crees que algo de esto podría servirnos en los tiempos del 5 G?
Tiene que ser en el Siglo XVII, de la mano de Miguel de Cervantes, cuando el “caballero de la triste figura” Don Quijote de la Mancha va en busca de su amada, Dulcinea del Toboso, para hacernos ver que el amor es una locura que unida a la ternura puede llegar a transformar molinos de viento en gigantes en movimiento para hacer frente con bravura y compostura cualquier aventura. ¿Qué te mueve a ti?. No es lo mismo morir por una causa que vivir por una causa. Acabamos este párrafo con una de sus tantas frases célebres: “Aún entre los demonios hay unos peores que otros y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno”
Mientras tanto en Oriente el enfoque no es muy diferente. ¿Por qué será que nos encontramos tantas coincidencias en espacios distintos y tiempos distintos con personas y culturas distintas? ¿Será porque lo universal no entiende de casualidades sino de verdades en forma de oportunidades?.
El “código bushido” también conocido como los “preceptos del caballero” son un compendio de principios sagrados de la vida de los samuráisen Japón. La palabra samurái viene del verbo “samurau” que significa servir. ¿Curioso verdad? ¡Qué casualidad! Habían aprendido que el triunfo no es exagerado. Exagerado es el triunfador.
Los guerreros samurái rara vez desenvainaban su Katana. Su misión era evitar la lucha porque lo que les movía era hacer siempre lo correcto. No temían a la muerte aunque se mostraban cautos ante la imprudencia y mantenían la rectitud en sus actos; no eran estúpidos. Conocían su poder y su sabiduría y aún así permanecían humildes y sirvientes. ¿Crees que ahora pasa lo mismo en un mundo donde existen personas que el cielo se les queda corto y la tierra pequeña? Personas con océanos de conocimientos de centímetros de sabiduría, con mucha anchura pero poca profundidad. ¿Qué quieren venderte? ¿El secreto del Santo Grial? Entonces ya no es un secreto ¿no crees?.
Los samuráis se caracterizaban por su sentido de la justicia, su nobleza, coraje, audacia y entereza. Eran intrépidos. Eran correctos sin ser rigurosos, benevolentes sin ser condescendientes, elegantes sin ser pedantes, íntegros, honrados, sinceros, veraces. Eran corteses, educados y leales. Buscaban la serenidad de la mente para tranquilizar el comportamiento y de ese modo encontrar la paz interior y el “bien-estar”. Para ellos la fama era un sucedáneo del honor. El honor era entendido como la integridad del buen nombre, la reputación que te labras a través de una consciencia ética y una inteligencia espiritual. ¿Sabías que todos tenemos tres vidas… una pública, otra privada y otra secreta? La paradoja en estos momentos es que Europa se está orientalizando y Oriente se está europeizando. ¿No es una locura? ¡Siempre es más verde el césped en el otro lado de la orilla!
Hemos llegado al siglo XX. El sociólogo francés Pierre Bourdieu acuña el término“habitus profesional” y lo define como el proceso a través del cual el desempeño profesional se interioriza de manera inconsciente en los individuos a nivel de conocimientos y prácticas profesionales. El habitus lo podemos entender como «disposiciones» o esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a una posición social. El habitus hace que personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos pues sus recursos, estrategias y formas de evaluar el mundo son similares.
Llegados a este punto deberíamos hacernos algunas preguntas. ¿Podríamos concluir que entre profesionales el idioma vehicular es la pedantería en forma de jerga profesional? Entonces… ¿es más inteligente el que consigue que nadie lo entienda? Otra pregunta. ¿Si nos acabamos relacionando sólo con nuestros homólogos por ser homogéneos… entonces cómo conseguiremos hacer algo diferente algún día? No es lo mismo estar en la moda, que estar en la media que quedarte en la mediana; ¿o sí?
¿Y en el siglo XXI qué? ¡Eso va a depender de ti! ¿Quieres repetir la historia, ser historia o hacer historia? La mala noticia es que todo está por hacer. La buena noticia es que todo está por hacer. ¿Vienen nuevos tiempos o nuevas formas? El tiempo no es una novedad. La novedad es lo que haces con el tiempo.
Hasta aquí hemos llegamos y para que sigas reflexionando algunos palíndromos te voy dejando:
- R-e-c-o-n-o-c-e-r.
- S-e-r-e-s.
- A-v-i-v-a.
- S-o-m-o-s.